Si entras en Mundo Creati te llamará la atención que en algunas actividades compartan espacio niños de diferentes edades. Es una de las características que nos define, y tiene su razón de ser.
Los más pequeños trabajan y comparten espacio con otros niños 1 o 2 años mayores que ellos.
Esta práctica potencia la naturalidad en las relaciones entre alumnos.
En especial, fomenta las actitudes colaborativas entre ellos, dado que se generan relaciones de confianza en las que los mayores aprenden a responsabilizarse de los más pequeños, reduciéndose a su vez la competitividad entre iguales.
Asimismo, los más jóvenes se acostumbran a respetar la autoridad de quienes les ayudan. Todos interiorizan que es bueno y útil trabajar en equipo y que la solidaridad es un valor que siempre suma.
Estas dinámicas positivas favorecen que el profesor pueda delegar algunas funciones relativas a la sana convivencia en el alumnado y aproveche para centrarse en aquellos aspectos en los que es insustituible.
Los alumnos mayores conocen ya las sencillas normas que los profesores les han inculcado, por lo que los pequeños recurren a su experiencia a la hora de orientarse. El profesor, por su parte, coordina, resuelve los problemas más peliagudos que puedan surgir y promociona la autogestión de los chicos.
En definitiva, la mezcla de edades en esta etapa optimiza la creatividad y los valores del alumnado.